El monumento a los Veteranos y Caídos en Malvinas de José Luis Hamze fue seleccionado como uno de los más emblemáticos del país

Sin categoría

Está incluido en el libro «Marcas Territoriales de la Cuestión Malvinas», publicado recientemente y presentado en la Feria Nacional del Libro de Buenos Aires. La obra, emplazada en Puerto Madryn en el año 2003, refleja como ninguno, según los autores del trabajo de investigación, la relación de compañerismo y amistad entre los soldados que participaron de la gesta en la islas. Hamze, es un reconocido escultor y desde hace 35 años dirige el Taller de Cerámica de la Dirección de Cultura del Municipio de Trelew.

 

El Monumento a los Veteranos y Caídos en Malvinas de Puerto Madryn, elaborado por el escultor trelewense José Luis Hamze, fue incluído en un libro de reciente publicación como uno de los más emblemáticos del país. El material, titulado «Marcas Territoriales de la Cuestión Malvinas», es producto de una larga investigación desarrollada por Marcelo Trocoso, secretario de la Red Federal de Estudios Sobre Malvinas (ReFEM 2065) y por Federíco Gómez, director del Laboratorio de Políticas Públicas hacia la Cuestión Malvinas de la Universidad Nacional de la Plata.

La obra de Hamze fue seleccionada, junto a las otras 59 que integran el libro, entre un total de 3.500 monumentos, intervenciones y construcciones en el espacio público, dedicadas a la gesta de las Islas Malvinas en todo el país.

Marcelo Troncoso, uno de los autores, destacó que «el Monumento construído por José Luis es uno de los más emblemáticos, tanto por la ubicación, en el contexto del regreso de los soldados al continente y su importancia para la memoria local; como por su horizontalidad, ya que muestra y transmite lo que los propios ex-combatientes le pidieron que mostrara, reflejando la relaciones de compañerismo y amistad que se fueron construyendo en la guerra, más allá del conflicto en sí».

«El monumento muestra una escena dolida, pero no una escena lastimosa, sino de valor y compañerismo. Otro aspecto importante es que la obra ha tenido desde su inauguración una gran circulación social, especialmente en lo que hace a las escuelas primarias y  secundarias; y también en muchas revistas y capacitaciones, en la cuales se muestra», indicó Troncoso.

«Con Federico estamos muy contentos de haber incluido a José Luis junto a los demás artistas de todo el país, con distintas representaciones y miradas. No hay mirada unívoca. Existen distintas, algunas de ellas contrapuestas, en disputa. Lo que hace interesante este libro a 40 años de la Gesta de Malvinas, para vernos como Nación y Pueblo. Un dato no menor que descubrimos en el contexto de la investigación es que cada pueblo y cada ciudad del país tiene algún homenaje en el espacio público como marca territorial lo cual habla de cómo los argentinos sentimos Malvinas y homenajeamos a nuestros ex-combatientes».

 

*José Luis Hamze*

 

«Esta obra marcó un antes y un después en mi vida como escultor». Así resumió José Luis Hamze la experiencia profundamente emocional que implicó el proceso de elaboración de este monumento en particular. El primero sobre Malvinas, al que siguieron, años después, los que están emplazados en las localidades de Tecka y Corcovado.

 

– Pasaron 20 años desde la inauguración de este monumento. ¿Cómo recordás el proceso que derivó en la creación de esta obra?

 

-JLH: Comenzó a principios del año 2002. Vino una comisión, un grupo de ex-combatientes para hablar conmigo, y para expresarme lo que no querían para el monumento. Me empezaron a contar sus historias en Malvinas, relatos que en muchos casos me hicieron llorar. Hubo un momento en el que me sentí tan compenetrado que empecé a dibujar, en base a una idea muy formada que ellos traían de cómo lo querían, fundamentalmente el emplazamiento. Recuerdo que recalcaban que querían ser ellos. Entonces yo miraba mucho las caras, que fue lo primero que hice, copiando ojos de uno, nariz del otro. Todo el proceso fue muy conmovedor, una experiencia muy fuerte, porque a medida que iba desarrollando la obra me iban contado distintas anécdotas, una más dolorosa y fuerte que la otra; y también porque empecé a compartir con ellos situaciones más allá del monumento como cenas, asados, guitarreadas. A mi me emocionaba mucho que se juntaran a cantar.

 

– ¿Qué implicancia tuvieron los relatos de los ex-combatientes en la manera en que fueron emplazadas las distintas figuras de la escultura?

 

-JLH: Mucha. Las posturas surgen a partir de sus relatos. Que uno lleve el cuerpo del otro en alto, la boca abierta del herido exhalando lo único que le queda de vida, el otro soldado que sostiene la bandera y está empecinado en demostrar que las Malvinas son nuestras, todo fue colocado ahí a partir de lo que ellos mismos me contaron. Por ejemplo, uno de ellos me hablaba del frío, que todo era muy pesado y estaba mojado. Me quedó tanto eso que cada soldado que hago en relación con Malvinas, lo hago cargado de barro.

 

– ¿ Cómo viviste la inauguración?. Debe haber sido un momento muy especial…

 

-JLH: La inauguración fue una experiencia muy fuerte, muy rara, como si yo no estuviese ahí. De hecho cuando se armó la parte protocolar, con la presencia del presidente Duhalde, me proponen que esté en el palco y diga unas palabras, pero yo estaba tan cohibido que pedí no estar y me quede entre la gente para ver qué pasaba cuando el monumento era descubierto. Cuando lo destapan sentí un ‘ohhh’ de toda la gente y quedé impactado, tanto que aún hoy me sigue emocionando recordarlo. Fue muy especial porque sentí que la obra fue absorbida inmediatamente por el pueblo de Madryn y desde ese momento dejó de ser mía. Tengo una anécdota que lo ilustra: Yo quería sacar fotos porque de alguna manera es muy importante para un artista que un presidente inaugure la obra de uno. Fue así que en un momento me acerco, piso el borde de la fuente circundante y me subo para sacar una foto aproximada de la obra, con el fondo de la plana política del momento. Pero alguien me agarra y me tira para atrás. Era una señora mayor que me mira y me dice ‘usted que se cree, no sabe lo que nos costó a nosotros esto, respete’, y no paraba de retarme. Pude haberme identificado como el artista, pero no lo hice, la obra ya era de ella.

 

– Este mes cumplís 35 años al frente del Taller de Cerámica del Municipio, tuviste la oportunidad de influir de alguna manera en muchas personas…

 

JLH: Si, 35 años al frente del taller con un promedio de 30 alumnos por año. Muchos se han transformado en artistas, muchos en ceramistas. Veo con mucho placer gente, que se inició en mi taller y hoy está dando clases de cerámica en otras partes. Esto nos habla del arte como una forma de vida, como fuente de sustento, pero también, de manera especial, como una forma de comunicar, un puente para proyectarse y crecer.

 

¿Qué consejos le darías a tus alumnos o a quienes se inician en esta u otra rama del arte?

 

JLH:  Que no tomen consejos, que hagan su propia experiencia, que aprendan de donde sea, la enseñanza viene de los lugares más insólitos, no es para nada unidireccional;  y que uno va aprendiendo, fundamentalmente de uno mismo y de lo que tiene adentro. El artista verdadero saca lo que tiene de adentro y lo ofrece. Lo importante como artista es hacer y entregar. Una vez que esto pasa, las obras ya no son más tuyas, son de quien las compró, de quien las pidió, de la comunidad que las absorbe.

Menú